10/1/10

Personajes singulares

Al fin y al cabo él no tenía culpa de ser un pusilánime. Desde pequeño había obedecido todas las órdenes sin rechistar. -Nene, ve a por tabaco.
-Nene a comprar el pan.
Por eso no es de extra
ñar que de mayor siguiera como un borrego, queriendo que alguien le dijera lo que tenía que hacer.
-No se pueden usar condones.
-Hay que ir a misa.
-Los homosexuales son enfermos.
...
Al final se hizo taxista."(Pedro Caro)

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